"Tengo un gozo en el alma!, hey!, un gozo en el alma!"
Fruto de una mudanza, mientras vas empaquetando discos y libros, sin darte cuenta, vas creando una segunda pila de esas lecturas que te apetece releer.
Resulta increíble como, este genio, sin decir apenas nada puede dejarte esa sensación de situarte al borde del abismo, frente a un torrente de criaturas primigenias recién salidas de lo más profundo de tu propia mente.
Se trata de un relato, una novela corta, de un texto magistral, exquisito. Narrado como el autor tiene por costumbre, situándonos en medio de la cotidianidad, entre personajes ricos en matices, personalidades bien definidas, avanzando a un ritmo constante y en crecimiento, sin precipitaciones. La aparente decadencia de un joven heredero, el contacto con lo innombrable, tan real, tan palpable.
La obra de este autor esta repleta de grandes textos, pero en esta que nos ocupa, en concreto, dan ganas de abrir la tumba, agarrarlo por las presumibles raídas solapas y zarandearlo mientras le gritas "¡sigue escribiendo!". Aunque hay mucho que disfrutar y todo un mundo que descubrir. A pesar de sus numerosos discípulos, salvo honrosas excepciones, no es lo mismo.
Deberías leerla disfrutarla, eso si, con calma. Imprescindible lectura.
Sinopsis:
Continuador de la tradición del cuento de terror, H. P. Lovecraft
(1890-1937) innovó el género con aportaciones procedentes de una veta
personalísima de temas y obsesiones en la que se dan cita el mundo
sobrenatural, el saber esotérico y las ensoñaciones oníricas. Creador de
una mitología fantástica y prolífico autor de cuentos y relatos breves,
publicó asimismo tres novelas, entre las que destaca El caso de Charles Dexter Ward, obra en que el horror se funde con materiales narrativos de naturaleza realista en el mejor estilo lovecraftiano
No hay comentarios:
Publicar un comentario